miércoles, 7 de marzo de 2018

EFEMÉRIDES MARÍTIMAS Y NAVALES



Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola

Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe

Fuente: Cinco siglos del destino marítimo  del Perú, de Esperanza Navarro Pantac: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016

Efemérides Navales de Hoy 06 de marzo












6 de marzo 1537: Fecha que marca la primera mención del Callao como puerto, en el libro del cabildo limeño de esa fecha. Se autorizaba a Diego Ruiz para que levantase un tambo o bodega que oficiara de galpón, donde se guardaran las mercaderías que se desembarcaban. (Se presenta un gráfico y una serie de mapas como ha ido siendo visto el Callao a través de los años por quienes nos visitaron. 1º Callao de Lima, 1671 por John Ogilby y Arnoldus Montanus. 2º El Puerto de El Callao, 1743 por el teniente de navío Antonio de Ulloa. 3º El Callao antes del terremoto de 1746, autor desconocido, publicado por el Diario El Callao en su edición conmemorativa del centenario político de la provincial 2 de noviembre de 1933. 4º Lima et ses environs Port du Callao, 1764 por Jacques Nicolas Bellin. 5º Plan du Callao de Lima, 1797 por Juan Jorge y Antonio Ulloa. 6º  Lima, Callao et umgebung, 1881 por Adolf Stieler. 7º Lima, Callao et umgebung, 1904 por Adolf Stieler, Petermann y Habenitich. 8º Sin título, 1952 por e Instituto Geographico di Agostini.  -  El gráfico 1º y los mapas 2º, 4º, 5º, 6º, 7º y 8º son tomados de mapas de la colección David Rumsay (como también lo es el mapa de Pisco a Cobija de la siguiente efeméride) y el plano 3º ha sido obtenido por una fina cortesía del CdeN Pablo Jhery García )





6 de marzo 1835: Salaverry dispone el bloqueo de Islay a Arica. Más tarde es extendido desde Nasca hasta Cobija, por el apoyo que Santa Cruz presta a Orbegoso. 

6 de marzo 1865: La Unión y la América arriban al puerto de Río de Janeiro, donde Miguel Grau se dedica a componer la maquinaria de la corbeta a su mando, de los desperfectos sufridos durante la travesía. (La hermosa pintura del Combate de Abtao - 7 febrero 1866 - por Angel María Cortellini y Hernández, propiedad del Museo Naval de España, muestra a la derecha a las fragatas españolas VILLA DE MADRID y BLANCA y a la izquierda del cuadro se aprecia la escuadra aliada peruano - chilena, con las unidades claramente identificadas por sus respectivos pabellones, comenzando de la izquierda, a la goleta COVADONGA, único buque chileno que participó en el combate, luego a la corbeta peruana AMÉRICA, la corbeta peruana UNIÓN y la fragata peruana APURÍMAC, estando la escuadra al mando del Capitán de Navío Manuel Villar de la Armada Peruana)


La versión oficial del combate de la Marina de Guerra del Perú relata los antecedentes y el combate:

En el año 1864, España había enviado a las costas Americanas una escuadra que tenía aparentemente el objetivo de realizar una expedición científica. Sin embargo, la preocupación que surgió en las naciones del continente por la presencia de naves de guerra de aquel país, se confirmó luego de las reclamaciones diplomáticas efectuadas tras el incidente ocurrido entre ciudadanos españoles y el propietario de un fundo en el norte de nuestra costa, conocido como el “Incidente de Talambo”, que sirvió de pretexto para que la escuadra española, conformada por las fragatas "Resolución" y "Triunfo" así como la cañonera "Covadonga", ocuparon las islas Chincha.

En aquel momento, el Comandante de dicha Escuadra, Brigadier Luis Pinzón, afirmó haber ejecutado un acto de reivindicación de derechos usurpados a la corona de España desde la Batalla de Ayacucho, en la que una España derrotada por fuerzas patriotas firmó una capitulación con la que se retiró definitivamente de suelo peruano.

Paralelamente a estos hechos, el gobierno del general Pezet había enviado a Europa varias comisiones para la adquisición de buques de guerra para reforzar nuestras fuerzas navales en previsión de futuros acontecimientos. Sin embargo, el tiempo transcurría, las islas no eran restituidas a nuestra soberanía y el conflicto se agudizaba. El gobierno del Perú, bajo la presión de un ultimátum, representado por su comisionado el General Manuel Ignacio de Vivanco firmó un tratado el 27 de Enero de 1865 con el Almirante español José Manuel Pareja, quien había reemplazado a Pinzón en el mando de la flota, tratado que bajo todo punto de vista resultaba inaceptable.

La situación se agravó por el repudio al tratado por parte de la opinión pública y el 28 de Febrero de 1865 estalló en Arequipa una revolución encabezada por el Prefecto Coronel Mariano Ignacio Prado, la que, reivindicando nuestros derechos frente a la agresión española, triunfó prontamente.

Con un nuevo gobierno, resuelto a defender la integridad de la patria se realizó en Lima un Congreso de Representaciones Americanas que concluiría finalmente con la formación de una alianza entre Chile, Ecuador, Bolivia y Perú. Así, en Diciembre de 1865 se conformó una División Naval bajo las órdenes del Capitán de Navío Manuel Villar, Oficial con larga experiencia, protagonista de acontecimientos históricos que enorgullecen a nuestra Armada.

La División Naval Peruana estaba integrada por las fragatas "Amazonas" y "Apurímac" y las corbetas "América" y "Unión" recién llegadas de Francia, las mismas que zarparon al sur para preparase a enfrentar a la escuadra española, así como para esperar el arribo del "Huáscar" y la "Independencia", que estaban por salir de Inglaterra.

El 16 de Enero ingresaron los buques aliados a Challahué, lugar escogido como apostadero de la escuadra integrada por los buques peruanos y la goleta chilena "Covadonga".

El 21 de enero la flotilla española compuesta por las fragatas "Villa Madrid" y "Blanca" al mando del Comandante de la Primera División, Capitán de Fragata Claudio Alvargonzales, zarpó de Valparaíso con la intención de buscar e interceptar a la escuadra aliada Peruano-Chilena.

Se dirigieron a la isla de Juan Fernández, a Chiloé, a puerto Low y a los canales de Calbuco, donde se encontraron con el vapor "Maipú", cuya dotación le dio la noticia de la posición de la escuadra Peruano-Chilena.

En la tarde del 07 de febrero de 1866, Alvargonzales se ubicó con la flotilla española a una distancia de 10 cables del estero de Challahué a la vista de nuestros buques. En aquella fecha se hallaba ausente, la corbeta chilena "Esmeralda" del Capitán de Navío chileno, Juan Williams Rebolledo, a quien, por su antigüedad en el grado y conforme a las estipulaciones de tratado ofensivo-defensivo peruano-chileno, le correspondía actuar como Comandante General de la Escuadra Aliada.

A causa de esta circunstancia, el mando recayó en el Capitán de Navío peruano Manuel A. Villar Olivera, por ser el Jefe Naval aliado más caracterizado en rango que debía actuar en reemplazo de Juan Williams Rebolledo.

El Comandante Villar, estando al mando de la escuadra aliada, había maniobrado situando sus buques en posición ofensiva cubriendo las dos entradas al apostadero por evitar así cualquier intento de romper la línea por parte del enemigo. A la escuadra española no le quedaba otra cosa que guarecerse detrás de una isla, intentando el pasaje por fuera y a lo largo de la boca grande del apostadero, para cañonear, exponiéndose a ser cañoneada cada vez que lo hiciera.

A las 1615 horas se inició el combate, cuando la fragata peruana "Apurímac" abrió fuego, siendo contestado por la Blanca. El bombardeo se intensificó por ambas partes, siendo los tiros más certeros y de mayor alcance los de las corbetas peruanas "América" y "Unión", gracias a la pericia de sus artilleros. La "Apurímac", a pesar de hallarse con la máquina inoperativa, fue acoderada para utilizar sus 16 cañones de babor y formó con esfuerzo una línea seguida por la "Unión", la "Covadonga" y la "América".

Este duelo a distancia se mantuvo por casi dos horas; la escuadra peruana recibió 14 impactos y la escuadra española 30. Ambas flotillas tuvieron averías, entre ellas la "Apurímac" recibió tres cañonazos bajo la línea de agua y la "Unión" registró algunas bajas. Por otro lado, en la Villa Madrid reventaron los cañones, contándose tres bajas. Fue indudablemente un triunfo donde destacaron las dotaciones peruanas por su actuación a base de fuerza y coraje.

Los buques españoles, sin serles posible forzar la entrada del estero, tanto por el temor de encallarse cuanto por los obstáculos o ingenios explosivos que podrían haber sembrado sus contrarios, tuvieron que seguir el pasaje táctico que preconcibió y logró imponerles nuestro experimentado marino, limitándose a voltejear a lo largo de la boca de aquella abra y a disparar sus cañones apenas se asomaban abriendo el fuego, exponiéndose a la vez al nutrido cañoneo que les hacían los barcos aliados que, con artillería proveniente de la fragata peruana Amazonas se había emplazado en ventajosas posiciones altas de tierra, dominando el escenario del combate desde bien calculadas elevaciones de la isla.

La escuadra enemiga optó por abandonar la lucha sin haber logrado sus objetivos, y al respecto, el jefe español diría que “abandonó la lucha para poder salir antes que lo encontrase la noche en tal peligrosa situación y con la seguridad de que los buques aliados no se movieran de su inexpugnable fondeadero”.

Esta brillante acción naval fue reconocida por el Comandante chileno Williams Rebolledo, quien felicitó a Villar con las siguientes palabras “… Esta oportunidad me permite congratular a Ud. y a los jefes, oficiales y tripulaciones peruanas por el arrojo y serenidad que han manifestado durante las dos horas que duró el combate, bajo un fuego sostenido por ambas partes, y por el resultado favorable que se ha obtenido, el cual se debe a la escuadra del Perú”.

El Comandante Villar, más tarde Contralmirante, logró que los jefes, oficiales y personal, dieran una lección de táctica y estrategia naval a los marinos españoles, demostrando coraje, valor e inteligencia que no pudo ser doblegada a pesar de la superioridad material del enemigo. El triunfo obtenido en Abtao, si bien resultó contundente al rechazar a los buques españoles, no fue definitivo, pero cambió el curso de la guerra, obligando a la escuadra enemiga a variar por completo su táctica, puesto que de allí en adelante sus ataques se harían contra puertos enemigos. Con esta acción así como con la ocurrida meses después frente al Callao, el Dos de Mayo de 1866, fueron desterradas las pretensiones hispanas y se escribió una gloriosa página de patriotismo. Villar y sus hombres demostraron nobleza al defender una causa propia, y la de otras naciones sudamericanas. El ejemplo allí dado sería recogido por quien habría de ser más tarde el héroe máximo de nuestra patria, don Miguel Grau, quien al mando de la corbeta "Unión", recibió en Abtao un bautizo de sangre y fuego.

Señores: el Combate de Abtao y la figura de su ínclito combatiente, el Contralmirante don Manuel Villar, es un episodio del que puede enorgullecerse no sólo el Perú sino toda América. Porque es el coraje, la impávida arrogancia, el desdén a la muerte y el profundo sentido de patria, lo que allí quedó representado. Para nuestra historia, la historia militar, la historia de nuestra gloriosa Marina de Guerra, la lección de Villar es un alto y valiosos testimonio. La dignidad que encarna como nadie Miguel Grau, halla en el Contralmirante Villar su más exacto y claro antecedente.

Que el arrojo y valentía de Villar y de todos aquellos que en Abtao ofrendaron sus vidas en defensa de sus ideales sirva de ejemplo a las futuras generaciones y que constituya una enseñanza invalorable para quienes tenemos la sagrada misión de velar por esta patria que nuestros héroes forjaron.




6 de marzo 1962: Por D. S. No 19, se crea la Escuela de Armamento, para la instrucción especializada de personal Superior y Subalterno, y el entrenamiento del Personal de las Fuerzas de la Marina en todos los aspectos del Armamento.


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