viernes, 18 de mayo de 2018

EFEMÉRIDES MARÍTIMAS Y NAVALES


Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola
Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe

Fuente: Cinco siglos del destino marítimo  del Perú, de Esperanza Navarro Pantac: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016

Efemérides Navales de Hoy 18 Mayo




18 de mayo 1829: La fragata Presidente, buque insignia peruano al mando del capitán de fragata Guillermo Prunier, se incendia en el río Guayas, causando la explosión de su pañol de pólvora y la pérdida de la nave. (El texto que describe la Presidente es tomado de Todo A Babor, en el artículo "Principales naves de guerra a vela de Perú y Confederación Peruano-Boliviana” - https://www.todoababor.es/datos_docum/nav_perubolv.htm - No he hallado referencias para determinar el significado de sus abreviaturas, pero es posible que pueda hallarlas en el futuro) (También se incluye abajo fragmentos de la Gaceta de Colombia del domingo 28 de junio de 1829 que describen el incendio de la Presidente, si bien la llaman Prueba)

“Presidente” antes llamada “Protector” y originalmente “Prueba”

Fragata. 

Armamento de 40 a 50 (variable durante su servicio HB) -42 (Pic 9/1822) -44 (UTV) -50 (UO 1822) -52 cañones. 

Tripulación de 257 (Pic 9/1822) -259(ArCo) -400(UTV) hombres. 

Antigua fragata española “Prueba”(con frecuencia se la llamaba por ese nombre aún bajo la bandera peruana, por ejemplo HMP en 1825 y Bolívar en sus cartas hasta la destrucción accidental de la fragata), construida en El Ferrol en 1800. 

Formaba parte de la escuadrilla española en el Pacífico, junto a la fragata “Venganza” y la corbeta “Alejandro”. Las dos fragatas, “que habían zarpado del Callao antes que Cochrane volviera a bloquear este puerto, transportaron” en 1820 tropas españolas “de los puertos intermedios a Cerro-Azul, y sabedores aquí sus comandantes Villegas y Soroa del estado del Callao, o por órdenes con que se hallarían o por resolución propia, hicieron rumbo al Norte, apareciendo en Panamá, pasaron luego a San Blas y Acapulco en el reino de Méjico, y más tarde esas fragatas con la corbeta “Alejandro” fueron entregadas a los enemigos por los mismos que las mandaban”(MGC). Esto fue debido a que en las tres naves “escaseaban los víveres, y las tripulaciones se hallaban impagas”, por lo que el capitán de navío José de Villegas acordó su entrega el 15 (HMP señala el 23) de febrero de 1822 (MGC, tomo II, páginas 424 a 427, reproduce la negociación y el tratado entre ambas partes, firmado por el capitán de fragata José Joaquín de Soroa, comandante de la “Venganza”, en representación de Villegas). La fragata dejó Guayaquil el 25 de ese mes y finalmente pasó al puerto de El Callao para ponerse allí a órdenes del gobierno del Perú el 31 de marzo de 1822 tras la caída de dicha plaza en manos independentistas (en documentación del 25 de marzo en AMil señala que “se creía que la tropa sublevada de la Fragata “Prueba” se acercase al Callao”; FAE señala en este sentido que su tripulación se sublevó el 18 de marzo en viaje de Guayaquil a El Callao y que fue necesario dejar impune ese hecho). Las fuentes peruanas y argentinas señalan que Cochrane intentó apoderarse de ella por considerar que le correspondía como presa debido a la persecución que había dirigido durante largo tiempo contra esas naves, pero desistió de su propósito cuando comprobó que la tripulación estaba dispuesta a resistir su asalto. HPI señala que el “acuerdo” firmado en Guayaquil bajo la presión de Cochrane sobre el destino de las fragatas “Prueba”, “Venganza” y la corbeta “Alejandro” fue reclamado por el Gobierno Supremo del Perú el 10 de mayo de 1822, debido a sus vicios. 

Inicialmente fue llamada “Protector”. En su diario, el coronel inglés al servicio de Chile William De Vic Tupper la llama “Prueba” o “Protectora” (otra fuente la llama “Protectora” en 1824) en 1823. MGC la llama indistintamente “Prueba” y “Protector” en noviembre de 1823. 

Prestó servicios entre 1822 y 1825. En mayo(Cochrane citado en UO) y septiembre(Pic) de 1822 su capitán era Juan Esmond (al primero de esos meses, según Cochrane, estaba basado en El Callao). El 22 de junio de 1822 zarpó junto a la corbeta “Limeña” en escolta de los transportes de la segunda expedición a puertos intermedios. “El 7 de abril de 1823 se logró sofocar a tiempo otra sublevación en al fragata “Protector”” (FAE; HMA4 se limita a señalar que sufrió al menos un motín entre 1822 y 1823). El 9 de septiembre de 1823, en carta al general de división Mariano Portocarrero, Bolívar hace referencia a la fragata “Protectora” (probablemente esta misma nave). El 6 y 7 de octubre de 1824 se presentó frente a El Callao con varias naves menores y sostuvo un breve encuentro con la escuadra española encabezada por el capìtán de navío Roque Guruceta a bordo del navío de línea “Asia” (FD señala que esta nave estaba acompañada en el combate naval del Callao por una corbeta y cuatro bergantines y que sus oponentes fueron el citado navío “Asia”, la corbeta “Ica” y los bergantines “Aquiles”, “Pezuela” y “Constante” (páginas 307, 308, 327 y 328 del tomo IX-SG; MGC, en su tomo II, páginas 480 y 481, reproduce el parte de Guruceta, fechado el 8 de octubre). 

Participó en el bloqueo de El Callao, comenzado el 7 de enero de 1825 (FD trata el tema en la página 310 del Tomo IX-SG). El 1º de febrero de 1825, mientras continuaba formando parte del citado bloqueo, fueron embarcados en esta fragata para complementar sus estudios en la Escuela Náutica de Guayaquil dos de sus cursantes. 

Esta fragata estaba desarmada para junio de 1826. BACA la menciona en servicio como “Protector” y Romero (citado por PeDe) como “Presidente” en 1827. Fue rebautizada “Presidente” (en una fecha no determinada por el autor, entre 1826 y 1828), aunque HB señala que hasta su pérdida se la siguió llamando – en menor medida – “Protector”. DelC la llama “Presidente” ya en 1826. 

Desde agosto (Ec) o septiembre de 1828 (HMP) participaba en el bloqueo de Guayaquil, como nave insignia del vicealmirante Guisse. Las naves bloqueadoras realizaron diversos desembarcos para tomar prisioneros y material de guerra, además de dañar la moral de los bloqueados. Esta fragata participó en el bombardeo de Guayaquil iniciado el 22 de noviembre de 1828, en el que según ArCo recibió 89 cañonazos. Durante ese combate, en la noche del 23 al 24 de ese mes, encalló cerca de Las Cruces, frente a dicha ciudad. Si bien al amanecer pudo volver a flote por el repunte del río, el último cañonazo que le dirigieron los grancolombianos cuando la nave se dirigía a ocupar el puerto hirió de muerte (en el pecho) al vicealmirante Guise. El mando de la fragata fue asumido por el secretario de Guise, Valle Riestra, mientras que el de la escuadra fue asumido por el teniente primero José Boterín, de la corbeta “Libertad”, quien “llevó la escuadra a las bocas del Guayas y fondeó en Punta Piedra para hacer honores a Guise y remitir su cuerpo al Perú”, por lo que se demoró la caída de la plaza, que recién se entregó a Boterín el 19 de enero de 1829 (ratificada la capitulación el día 20, el 1º de febrero se ocupó efectivamente el puerto). 

Hipólito Bouchard pasó a mandar esta fragata (Bolívar, en carta a Antonio Gutiérrez de la Fuente del 25 de junio de 1829, menciona que Guayaquil capituló ante el marino francés y no ante Boterín, como señala por otra parte la nota en PCCo). Bolívar afirmaba el 17 de enero de 1829, en carta al general en jefe Rafael Urdaneta, con cierta exageración propagandística que él mismo confiesa, destinada a las tripulaciones que se embarcarían hacia el Pacífico, que “la “Prueba” no podrá combatir más. Pues es muy vieja y está perdida.” 

Esta fragata se incendió accidentalmente en forma parcial y voló el 24 de mayo de 1829 en la ría de Guayaquil (Bolívar fecha su incendio el día 18 en por lo menos un  par de misivas enviadas durante junio siguiente, mes en el que reiteradamente alude a la pérdida de esta fragata como un hecho favorable – lo que muestra a las claras su exageración en la carta del 17 de enero, cuando la daba por “perdida”-). HMP afirma que se comenzó a reparar y que se decidió en principio no abandonar Guayaquil hasta que esta fragata no se pudiera hacer a la mar (la plaza fue finalmente entregada el 11 de julio de 1829). Como consecuencia de dicho incendio, Bouchard fue relevado del mando de la escuadra pero conservó el grado de capitán de navío activo sin destino. 

En PeDe se señala que el Dr. Denegri, en la obra colectiva “Historia Marítima del Perú”, afirma que “Sin desconocer el golpe que representó para nuestra Marina el incendio de la fragata “Presidente”, los nuestros siempre tuvieron el dominio del mar y de las vías fluviales de Guayaquil con las corbetas “Libertad”, “Pichincha” e “Independencia”, los bergantines “Congreso” y “1o de Febrero”, y las goletas “Guayaquileña”, “Arequipeña” y “Peruviana”; la fragata transporte “Monteagudo” sin contar las balandras guardacostas ni las lanchas cañoneras, elementos ligeros pero valiosos, tanto para la ofensiva como para la defensa, en los ríos y esteros guayaquileños.” La lectura de las cartas de Bolívar demuestra la verdad de esta aseveración, ya que el Libertador insistía en reclamar el envío de naves de guerra colombianas al Pacífico. 











18 de mayo 1900: El coronel Pedro Portillo, prefecto del departamento de Ayacucho, emprende desde esta ciudad uno de los más completos viajes que se hayan realizado por los ríos de la Amazonía. Explora las montañas y navega por los ríos Apurímac, boca del Mantaro, Ene, boca del Perené, Tambo, boca del Urubamba, Alto Ucayali, boca del Uniní, Pachitea y Pichis, llegando a Lima por la vía central. Portillo informa de inmediato al gobierno sobre la navegabilidad del río Tambo. (El artículo abajo sobre el Coronel Portillo fue publicado por El Peruano el 6 de agosto del 2017)( La foto de la estatua de piedra de Portillo en Pucallpa ha sido tomada de https://www.southamericanpostcard.com/cgi-bin/photo.cgi?peru-FBAB7818.es) 

Coronel Pedro Portillo
Fue uno de los grandes forjadores de nuestro país. Combatiente en las batallas de San Francisco, Tarapacá y Arica; prefecto de Ayacucho y Loreto en los años de la reconstrucción; ministro de Guerra y de Fomento y Obras Públicas; senador por Loreto, explorador insigne, geógrafo, cartógrafo, constructor de puentes fluviales, comisarías y escuelas. En suma, un visionario descubridor de horizontes. Sin embargo, poco o nada se le recuerda. La semana pasada se cumplieron 101 años de su partida.

6/8/2017

Domingo Tamariz Lúcar
Periodista

Pedro Portillo Silva nació en la Villa de Huaura, Lima, el 1 de agosto 1856. Sus padres fueron Juan Pablo Portillo y doña Juliana Silva. No se cuenta con datos significativos de su niñez. Sus biógrafos describen su vida y milagros a partir de sus 23 años, que fue cuando nuestro personaje se alistó en el Ejército para defender la soberanía de su patria en la Guerra del Pacífico. Marchó al sur integrando la división del general González de la Cotera; en ese devenir, participó en las batallas de San Francisco y Tarapacá, y luego, como oficial de artillería a órdenes del coronel Bolognesi, destacó como uno de los valerosos defensores de la plaza de Arica (7 de junio del 1879). Estuvo presente asimismo en la resistencia organizada contra la ocupación chilena.

Terminada la guerra, colaboró con los gobiernos de Piérola, López de Romaña, Pardo y Billinghurst. Primero, como subprefecto de Chancay y, luego, como prefecto de Ayacucho (1896), departamento en el que hizo sus primeros viajes de exploración en zonas inexploradas. Con el reconocimiento adquirido, habilitó importantes vías de comunicación; construyó varios puertos fluviales (Huaura y Bolognesi, en las márgenes del Apurímac; Carranza sobre el Mantaro, y Raimondi en la confluencia del Tambo y el Urubamba).

En el amanecer del nuevo siglo, el presidente López de Romaña lo nombró ministro de Guerra, y al año siguiente, prefecto de Loreto, un departamento del que la inmensa mayoría de peruanos conocía solo de oídas y del que se contaban leyendas alucinantes, que dejaban maravillados a los limeños. Era la época del boom del caucho, años en los que Iquitos vivió un auge y una prosperidad sin precedentes. El coronel Portillo salió de Lima el 15 de abril y llegó a Iquitos el 4 de junio de 1901. Como prefecto realizó un trabajo notable, aparte de las labores propias de su función: exploró en misión de estudio los ríos amazónicos –Marañón, Amazonas, Yaraví, Putumayo, Napo– y la parte baja de los ríos Tigre, Morona, Pastaza, Potro y Cahuapanas, así como todo el Bajo Ucayali. Navegó la región del río Pichis, el pongo de Manseriche, la cuenca del río Perené, ora en canoa, ora en balsa o lancha. Estudió la navegabilidad de estos ríos, las distancias que los separaban de Iquitos y las condiciones sanitarias de las zonas visitadas. Levantó, además, planos de las regiones que ellos bañan. Se acercó a los nativos llevándoles medicinas y herramientas. “Y fue un misionero laico que en lugar de la Biblia llevó los códigos para leer y enseñarles, y las Winchester para hacerse respetar”, apunta el periodista e historiador Jorge Donayre.

Además, defendió los límites peruanos en territorios en litigio, repeliendo la penetración ecuatoriana y colombiana en las cabeceras de los ríos Napo y Putumayo. Gracias a sus celos se obtuvieron sendos triunfos en las acciones de Angoteros (1903) y Torres Causana (1904). En esa sagrada misión estableció puestos fronterizos y construyó escuelas; obra suya fueron, entre otras, la comisaría de Tarapacá en el Putumayo y la subcomisaría de Arica y el caserío de Tacna. Pero eso no fue todo: elaboró el Mapa General del Perú y participó en la edición del Atlas de Loreto que, a decir de los entendidos, es todo un monumento biblio-geográfico.

Luego fue ministro de Fomento y Obras Públicas (1906), senador por Loreto (1912) y nuevamente ministro de Fomento (1912) en el tormentoso gobierno de Billinghurst.

Sus biógrafos lo describen como un hombre culto e ilustrado, de carácter sencillo y amable, que despertaba simpatías en todos los lugares adonde llegaba. Fue, además, un político honesto; tanto, que un buen día –de 1910– el senador arequipeño Juan José Reinoso exclamó en el Parlamento: “Ha sido prefecto en Loreto, y ha regresado pobre”.

Víctima de una penosa enfermedad, el coronel Portillo falleció en Lima, en la paz de su hogar, el 15 de junio de 1916. Contaba con 60 años. Para perennizar su memoria, el 2 de julio de 1942 se dio su nombre a una extensa provincia de Loreto. 




18 de mayo 1937: Las Aduanas recaudarán el impuesto a la explotación de la caza de lobos y pesca de ballenas. (Las fotos de los lobos y de la ballena jorobada son tomadas del blog info destino de Frank Tipiani, en que describe el tour para ver a las ballenas partiendo de Los Organos en Piura - http://infodestino.com/index.php/destinos-vip/128-avistamiento-de-ballenas-en-el-peru)



18 de mayo 1967: Con asistencia del jefe del Estado, arquitecto Fernando Belaunde Terry, se inaugura en el Callao el moderno local del Instituto del Mar. 

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